Durante los últimos años he compartido charlas en diversos foros acerca de cómo la ciencia moderna ilumina el amor de Jesucristo como nuestra mejor opción personal y colectiva.
Aquí se encuentran tres presentaciones (vídeos) tal y como las compartí en Roma en Mayo de 2013, en Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.
La búsqueda del equilibrio es una de las tareas más instintivas que adelantamos en nuestras vidas. Esto es particularmente difícil en estos tiempos en los que las “fuerzas turbulentas” de la modernidad inducen un ritmo rápido a la vida, que obstruye nuestra capacidad de estar atentos el uno al otro y con nosotros mismos. Durante las últimas décadas se han establecido una serie de ideas para estudiar la complejidad natural, y en particular aquella producida por la turbulencia. Esta charla explica cómo dichas nociones modernas nos ayudan a visualizar las opciones que todos confrontamos con relación al equilibrio y muestra cómo las ideas insinúan un, y sólo un, estado sereno en el que podemos lograr una paz real. Se argumenta, citando diversos pasajes Bíblicos, que tal condición se puede lograr mediante la practica dinámica de la humildad, el arrepentimiento y el amor, como lo encarnó Nuestro Señor Jesucristo, quien está simbolizado por la hipotenusa de un triángulo rectángulo que nos lleva a todos hacia el Origen.
La búsqueda del orden es una de las tareas más apremiantes de nuestras vidas. Esto es particularmente difícil cuando la maldad en “fuerzas caóticas” nos impulsa a estados intranquilos, cuyo desorden intrínseco nos impide encontrar nuestra senda hacia Dios. Durante las últimas décadas se han establecido una serie de ideas para estudiar la complejidad natural, incluyendo la identificación de caminos que progresivamente degradan el orden en el “caos” y que definen una multitud de árboles caóticos, personificados por el icónico árbol de Feigenbaum, o la higuera en alemán. Esta charla explica cómo dichas nociones nos ayudan a visualizar las opciones esenciales que confrontamos y muestra cómo las ideas nos invitan hacia el terreno común de las raíces rectas de dichos árboles (es decir, “bajo la higuera”) donde podemos hallar un orden verdadero y la paz. Se argumenta, citando diversos pasajes Bíblicos, que los conceptos modernos proveen un simbolismo rico y consistente con las Escrituras que, en particular, nos permite apreciar de una forma notable, por qué Jesús, aparentemente fuera de carácter, pudo haber maldecido y secado una higuera sin fruto tal y como Él increpó al viento (el mal en sí mismo en ambos casos) y por qué Él nos pudo haber dicho que aprendiéramos una lección de una higuera y de otros árboles (¡aún aquellos en ciernes en la ciencia veinte siglos después!) como un precursor misterioso y a la vez urgente de Su segunda venida. Las implicaciones de las nociones con relación a nuestra necesidad de estar vigilantes, incluida nuestra conversión prescrita en bajarnos de nuestras higueras, se enfatizan.
La creencia que Dios está compuesto por tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es una doctrina fundamental del Cristianismo. Esta charla introduce una construcción matemática conformada por tres componentes unidas la cual, en un caso límite, nos permite visualizar atributos esenciales de la Santísima Trinidad: el Padre en el cielo por medio de una campana amorosa y conductora de luz concentrada en el infinito, el Hijo en un histograma sereno y uniforme que satisface el adagio definidor “corte las montañas y rellene los valles” y el Espíritu Santo en una transformación que llena el espacio y construida mediante adiciones sucesivas infinitas (por el medio) de la unidad y que une al Padre y al Hijo y procede de ambos. Se explica cómo la construcción científica, y contrario a lo que sucede con leyes de potencia naturales y aquellas inducidas por el hombre, nos invita a hallar el orden, la paz y el amor, pero sólo en el límite artístico y espiritual que posee una dimensión superior, y cómo dicho diagrama nos permite armonizar la curiosa historia de San Agustín y el niño en la playa. También se explica cómo las ideas se relacionan con una variedad de citas Bíblicas acerca de los miembros de la Santísima Trinidad.