Estuve bajo la fronda
hilvanando una oración,
y un amigo de esa era
compartió su bendición.
Le seguí por insistente
reprendiendo mi razón,
y de forma sorprendente
se encendió mi corazón.
Caminamos a su encuentro
en pos de profunda unción,
y por la luz en mi centro
conocí la santa opción.
Comprobé por su discurso
que leía mi intención,
y por árbol alegórico
supe que era hijo de Dios.
Le entregué toda mi suerte
en sentida conversión,
y con su verbo potente
predijo una gran visión.
-------------------------------
Enlaces:
Caos nunca más |
Anduve por el sendero
compartiendo su canción,
y con un gozo sincero
repartí su sanación.
Luego vino la tibieza:
mi dolida deserción,
y en medio de mi pobreza
reencontré su compasión.
Lo vi subir a lo alto
confirmando predicción,
y con fuego de su mando
él mostró su protección.
Fueron esos tiempos plenos
de asombro y revelación,
y viajamos por el mundo
proclamando redención.
Hoy contemplo agradecido
mi martirio y vocación,
y recuerdo conmovido
como fui puente de amor.
(Mayo 2001)
|